20 julio 2007
A veinte años de una broma
Foto: Especial
La popularidad de Porcupine Tree creció y la idea de que dicha banda fuera algo “real” terminó por convencer a Steven Wilson.
Por Serguei Vassallo*
¿Qué se puede pensar de una banda que comenzó como una broma y una ficción entre amigos? Cada quién podrá tener su opinión, pero seguramente será quebrantada al escuchar a una de las agrupaciones más protagónicas de este año en la escena mundial: Porcupine Tree. Se trata de una banda inglesa concebida por Steven Wilson precisamente como una broma, cosa que, a 20 años de distancia, no lo es ya en absoluto.
La admiración de Wilson por bandas clásicas, como Pink Floyd, lo inspiró a crear todo un concepto musical ficticio: la trayectoria de Porcupine Tree, sus integrantes y su discografía. En la libertad de tener un estudio propio, se documentó la propuesta ambiental y psicodélica de la “banda”, cuyo sonido terminaría ganándose un lugar y una popularidad en los círculos subterráneos de Inglaterra durante la primera mitad de los 90s, con el disco “On The Sunday of Life” (una compilación de las grabaciones iniciales, lanzada en 1991), el sencillo “Voyage 34” (1992) y un segundo LP, “Up The Downstair” (1993).
La popularidad de Porcupine Tree creció y la idea de que dicha banda fuera algo “real” terminó por convencer a Steven Wilson para que el grupo dejara de ser un proyecto solitario. Porcupine Tree se hizo un cuarteto que continuó edificando un concepto de “banda de culto” experimentando un sonido psicodélico progresivo que ha ido guiando más hacia tintes de metal. Después de 4 discos como banda formal y con una reputación bien ganada para la banda como tal y para su líder Steven Wilson; productor de grupos como Opeth, OSI o Marillion, Porcupine Tree, consiguió proyectarse en un sello discográfico mayor (Lava Records) con dos materiales ya clásicos en su historial: “In Absentia” (2002) y “Deadwing” (2005).
El presente de la banda, 20 años después, es el resultado concretar y evolucionar una idea que superara el ser una simple fantasía musical. Siempre apegados a una honestidad artística, seguramente Wilson y compañía se encuentran en el punto más alto en la proyección de su propuesta. Hace tres meses salió al mercado su novena producción: “Fear of a Blank Planet” que aborda de forma directa la realidad que parece empezar a moldear al siglo XXI: el aislamiento de las nuevas generaciones en la nueva era de la información. Seis canciones y 50 minutos que confirman el lugar de Porcupine Tree, con sus pasajes de guitarras crudas y directas que a la vez se entretejen con ambientes etéreos y sólidos. Invitados en este CD están las leyendas de la guitarra Alex Lifeson, de Rush, y Robert Fripp, de King Crimson.
Y si en sus grabaciones se demuestra de qué esta hecha la banda, el experimentar su música en vivo es el reflejo de cómo el sentimiento de una ejecución musical debe rebasar cualquier nivel de maestría con el instrumento (aún sin carecerlo), tal como lo pude constatar en uno de sus conciertos, en Montreal, y como más tarde el mismo Steven Wilson lo afirmaría de su viva voz. Dicha experiencia podrá vivirse el próximo 6 de octubre en el Teatro Metropolitán de la Ciudad de México.
Se puede escuchar un poco de la propuesta de Porcupine Tree en su dirección de Myspace: http://www.myspace.com/porcupinetree
*Serguei Vassallo estudia Administración de Empresas en el ITESM CQ. E-mail: A00883005@itesm.mx
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2 comentarios:
yo ni por enterado que este grupo Existia, la verdad que interesante, nuca habia escuchado que n grupo surgiera como una broma
saludos SERG
Pues igual yo ni sabia que existia, ahorita buscare alguna cancion de ellos.
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