30 marzo 2007
Esperando a “los quién”
Foto: Especial
The Who no llegó a México, al parecer Roger Daltrey se declaró enfermo de bronquitis.
Por Eloy Caloca Lafont*
Un batallón de fanáticos abarrotaba las gradas del Foro Sol. A lo lejos, un glorioso solo de guitarra entumía los oídos de los presentes, una voz estruendosa irrumpía balbuceando un “Well, people try to put us down”, entraba una batería descontrolada que parecía rebelarse contra lo establecido y finalmente, la sonata se atiborraba del sabor metálico de las notas del bajo. Varios millares coreábamos dos palabras como insignia de independencia…”My generation”… My generation”…la música inundaba nuestros sueños de libertad. Entonces desperté y me di cuenta que todo había sido un sueño.
Esperamos a The Who como buenos fanáticos. Compramos los boletos con antelación, estuvimos pendientes de su itinerario, desempolvamos nuestras camisetas con rayitas rojas/ azul-rey e incluso nos alborotamos el pelo al más puro estilo de la “ola inglesa”; incluso yo, tenía ya preparado mi hairstyle de rizos alborotados (estilo “El Principito”) para el concierto, pero al final, todo quedo en vanos preparativos, porque la banda nunca llegó a México.
Escuché que tuvieron dificultades en Tampa, Florida; en donde Roger Daltrey se declaró enfermo de bronquitis, incapaz de cantar y, por ende, de continuar la gira. Me vi desilusionado, sin embargo, no quise dejar morir la esperanza y continué soñando con ver a Pete Townshend azotando su guitarra blanca tal como en los dorados años del festival de Monterrey, San Francisco; donde Keith Moon terminaba aventando los platillos y abalanzándose con furia contra el tambor principal.
Quería escuchar los solos de bajo improvisados por Tom Entwistle y haber sentido, aunque fuese por una sola noche, lo que hubiese significado formar parte de la revolución hippie, del griterío adolescente al verlos en el escenario y de bailar desenfrenadamente al ritmo de una experiencia psicodélica majestuosa. Pero al final, todo quedó en una ilusión que no llegó al Foro Sol.
La verdad es, que la noche del 17 de marzo estaba enclaustrado en mi habitación escuchando a la banda (no en vivo, por supuesto) y pensando que hubiera sido inigualable oír el piano de “Real Good Looking Boy” o la guitarra de “Who are you”; que hubiera extendido el brazo y tomando un encendedor, cuando sonara “Behind blue Eyes” y que seguramente lloraría coreando “See Me, Feel Me.
Ni siquiera estoy preocupado porque Ticketmaster reembolse el dinero de mis boletos o porque el concierto se lleve a cabo en otra fecha; el vacío de no haber presenciado “la experiencia The Who” no se llena tan fácilmente.
The Who es una de esas bandas cuya música permanecerá a través de los tiempos, sin embargo, los años no pasan en balde y con la ausencia de Moon, un Townshend carente de pelo, un Entwistle con sobrepeso y un Daltrey afónico, me resulta complicado imaginarme viviendo el furor inglés al máximo.
Triste, pero cierto… al menos puedo poner el disco “Then and Now” con los grandes éxitos en el reproductor, sin que éste dé señales de fatiga.
* Eloy Caloca Lafont estudia la licenciatura en Relaciones Internacionales en ITESM CQ. E-mail: A00885528 @itesm.mx
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