30 diciembre 2006

Nacieron para destruir

Foto: Archivo Ejército de los Estados Unidos
Las primeras computadoras como ENIAC justificaban su existencia calculando la trayectoria de proyectiles y bombas en la segunda guerra mundial.

Por José Luis Romero *

La ambición hace que cualquier espacio, territorio, o recurso natural nos parezca insuficiente y es esa misma ambición la que nos lleva a mirar con avaricia a los demás. El ego y la insatisfacción ha sido nuestro verdugo desde hace siglos.
Una guerra provoca una acelerada metamorfosis en la forma de gobernar, en la política económica, en la vida diaria, se trastorna el camino previamente establecido. Casi la totalidad de la sociedad se enfoca en ganar la guerra. Los centros de investigación trabajan a marchas forzadas tratando de brindar las mejores 'herramientas' para el desempeño de sus compatriotas. Desgraciadamente en tiempo de guerra para un mal fin florece lo mejor del ingenio humano y es cuando se dispara un fenómeno acelerador del desarrollo tecnológico.
Las computadoras hace 15 años eran poco comunes, hace tres décadas eran solo una palabra reservada para las grandes empresas o instituciones educativas que las podían poseer. Hoy en día es difícil no ver una computadora, o más aun, vivir sin una. Y resulta increíble saber que las primeras computadoras como ENIAC justificaban su existencia calculando la trayectoria de proyectiles y bombas en la segunda guerra mundial.
Las investigaciones efectuadas en la creación de la bomba atómica que tiene una finalidad atroz derivaron años mas tarde en centrales núcleo eléctricas, maquinas de radioterapia, combustibles de fisión etc.
La segunda guerra mundial obligo a los combatientes a implementar intensos programas de desarrollo medico que posibilitaron mas tarde intervenciones quirúrgicas que parecían inconcebibles en ese tiempo. El avión a reacción que nos traslada a gran velocidad y considerable comodidad es un hijo de la segunda guerra al igual que el nylon
La guerra en una lamentable opción, la autodestrucción nos denigra, tristemente en algunos momentos históricos la guerra se convierte en un inminente hecho a enfrentar y es cuando estos vertiginosos avances tecnológicos se materializan, en un principio con una finalidad ruin, al paso de los años el mismo hombre cambia su utilidad y lo que nació para la destrucción irónicamente vive para el beneficio de la humanidad.

*José Luis Romero estudia Sistemas Computacionales Administrativos en el ITESM CQ. Email: A00884527@itesm.mx

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