21 noviembre 2006

Oaxaca: Un conflicto sin resolver



Marchan simpatizantes de la APPO hacia el ex Convento de Santo Domingo, en el centro de Oaxaca.
Foto: Agencia Reforma

Denise Gutiérrez

El conflicto de Oaxaca ha acaparado los medios en las últimas semanas ya que conforme pasa el tiempo va empeorando. Empezó como un problema regional, después nacional y se convirtió en internacional desde el asesinato del periodista estadounidense. La Asamblea Popular de Pueblos de Oaxaca ha hecho una serie de peticiones. Iniciaron con pedir la renuncia del gobernador Ulises Ruiz del PRI, y día a día se acumulan.

Desde el movimiento estudiantil de 1968 las autoridades han sido renuentes al uso de la fuerza pública. Antes la autoridad del presidente era infalible, lo que decía se hacía. Con el cambio de gobierno quizás haya más democracia pero también hay más desorden. Las autoridades no han sabido actuar cuando se necesita. Si las negociaciones hubieran iniciado en el momento correcto, no se hubiera llegado a la violencia. Así como los miembros de la APPO y sus demás seguidores aumentan sus peticiones conforme pasa el tiempo, Ulises Ruiz se niega a pedir licencia al menos para tranquilizar el asunto; esto crea una cadena viciosa que parece no tener fin.

Desde el asesinato del periodista estadounidense Bradley Will, el conflicto se ha agravado y ha provocado más tensiones. La violencia es una constante en el país, pero sobre todo en Oaxaca y en el Distrito Federal y no proviene únicamente de la APPO sino de la propia fuerza pública. Mientras las explosiones ocurridas el lunes 6 de noviembre han despertado la inquietud de si la APPO estuvo involucrada, la Procuraduría General de la Justicia ha revelado ante el Comité Nacional de Derechos Humanos que en San Salvador Atenco se cometieron violaciones y abusos sexuales contra mujeres.

Algunos movimientos subversivos como el Ejército Zapatista de Liberación Nacional se han unido a la lucha de la APPO, organizaciones no gubernamentales de todo el mundo están conscientes de lo que ocurre en el país y otras como Amnistía Internacional han condenado los actos de la Policía Federal Preventiva.

México está sufriendo las terribles consecuencias de una falta de poder. Se han perdido trabajos por diversos motivos: como la falta de turismo, las huelgas o por el simple hecho de tener miedo de salir a la calle. En el extranjero el país se ve inestable y esto afecta a la economía ya que los inversionistas no se van a arriesgar. La gente sigue muriendo a diario por la incapacidad de negociar por parte de las autoridades y aquella que no muere sigue peleando apanicada.

*Denise Gutiérrez de la Cruz estudia Ciencias de la Comunicación en el ITESM CQ. Email: A00885578@itesm.mx

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