Jorge Asprón*
Columna
La cultura pop ha bautizado a la generación nacida en el primer lustro de la década de los ochenta como la iGeneration, debido al gran impacto que Apple Computer Inc., fabricante de hardware y software computacional, ha generado sobre ese segmento de mercado.
Una generación que se caracteriza por estar en contacto frecuente con la tecnología: fotografías, música, películas, video, etc., todo en digital.
iPod, el reproductor de música portátil más popular y con mayores ventas en el mundo, es creación de los genios de la manzana mordida. Su diseño de alta vanguardia, en combinación con comandos simples y funcionales, ha hecho que despegue de la faz de la tierra y más que una herramienta, sea ya un estilo de vida para quienes lo tienen, y no.
Pero más allá de ser iPod el gadget perfecto, y debido a la leyes que involucran la adquisición de música digital, el pequeño aparatito blanco (y que ahora se vende también en color negro) tiene un gran ‘pero’: una vez que la música entra en él, es imposible que salga. Apple, en su estrategia de mercado, incluye un ‘avance’ a favor de los derechos de autor: cuando el usuario agrega música a su iPod a través de iTunes (software también de Apple), las canciones se ‘protegen’ para que éstas no puedan ser transferidas a otra computadora o reproductor digital de audio, y así no caer en actos ilegales de piratería.
Es por eso que muchos hacen muecas. Pero gracias a la tecnología alternativa, varios creadores independientes de software han minimizado este tedioso detallito.
Para Windows y Macintosh, Anapod Copy Gear, de Red Chair Software. Te permite administrar a tu gusto las canciones, fotos y archivos de tu iPod, a través de Windows Explorer (sólo Windows), un navegador web o la aplicación en sí. Funciona con todos los modelos de iPod. Tiene un costo, que vale la pena pagar.
YamiPod es otra de las buenas opciones emergentes. Primero, es un freeware, segundo, se ofrece para Windows, Linux, y Macintosh, tercero, viene en 24 idiomas. Este programa no depende de otros, se instala en el iPod y trabaja desde ahí. Tiene las mismas funciones que el sofware anteriormente mencionado.
Hay un universo entero en pelea de usuarios. Otras aplicaciones, más recientes e igualmente efectivas son Songbird, aplicación muy similar visualmente a iTunes, y del grupo de creadores de Firefox, el navegador web más popular.
Buscando un poco en el Internet puedes encontrar una variedad más de aplicaciones similares, así que no hay motivos para limitarse a utilizar lo que el fabricante te dice que uses. Este tipo de aplicaciones te otorgan, como usuario, un mayor control de tu reproductor de música portátil, lo que se traduce en una mayor libertad de uso debido a la extensión de posibilidades. Intenta algo diferente, nunca está de más probar cosas nuevas -y menos cuando se trata de gadgets que te pueden hacer la vida mejor.
*Jorge Asprón estudia Ciencias de la Comunicación en el ITESM CQ.
Email: A00884529@itesm.mx
23 septiembre 2006
Sácale jugo a tu iPod
Apple ha vendido más de 700.000 iPods, y 600 millones de canciones en su tienda en línea.
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2 comentarios:
Jorge:
Felicidades por tu columna sobre temas tecnológicos.
Tu ortografía, puntuación y redacción son impecables. El mérito es mayor porque estás lidiando con un tema en el que debes recurrir a numerosos términos en inglés y tecnicismos.
Mi única sugerencia es que cites tus fuentes, pues es claro que estás proporcionando información que tú, a la vez, obtuviste de otro lado.
Saludos,
Raúl
Creo que este texto trataba de mostrarse como algo más de servicio para los lectores, pero le faltan algunos detalles para poder conseguirlo.
En él se pueden percibir dos temáticas.
- Un texto para poder hacer cosas que normalmente no se pueden hacer con el iPod.
- Un texto acerca de las implicaciones tecnológicas, mercadológicas y de estilo de vida que generó Apple con su iPod.
Creo que la primera es la más importante y el grueso del texto, y la segunda se usa a manera de introducción, una introducción un poco extensa para el tema principal. Siendo así la entrada secundaria de “Apple ha vendido más de 700.000 iPods, y 600 millones de canciones en su tienda en línea.” No tiene mucho que ver, porque el texto no habla de ventas, del reporte anual de la compañía o de algo que implique las ganancias.
Una secundaria debe servir para jalar al lector al texto. Si a mi me interesó el artículo porque venía eso de las ganancias millonarias de Apple por el iPod, cuando lea completo el artículo me enteraré de varias cosas, pero nada me dará más información de las ganancias. Es decir, me sentiré un poco estafado porque me dieron gato por liebre.
Además no vienen ninguna página web para que yo baje los programas o por lo menos para que me entere un poco más de ellos, algo así como yamipod.com. Si a mi me interesó la nota, podría Googlearlo, pero ¿por qué no hacerle la vida más fácil al lector y darle las páginas? Estoy seguro que lo agradecerá.
Además, habla muy poco de las aplicaciones en sí, de manera que nos sirvan como una especie de guía útil.
Por último, la foto es la de un iPod de segunda generación el cual salió al mercado en el 2003, ya hace un rato... creo que hubiera sido más afortunado poner una imagen de un iPod actual.
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